martes, 18 de octubre de 2011

ME PARECE IMPOSIBLE

En el quicio de tu puerta me planto contento de verte después de dos semanas, y te suelto algo que, sé, te arrancará una sonrisa, algo como: "¡Hola amor mio!", y me sonríes, y se te ilumina la cara y a mi me encanta verte reír tan vigorosa, tan contenta, porque se que estabas deseando verme cruzar la puerta de tu cuarto de nuevo.

Te doy unos mil besos y te digo que te quiero, procuré decírtelo siempre para que no te quedara lugar a dudas de lo importante que eras para mí.

"¿No te sientas?" me dices, "claro que si abuela" y te cojo las manos. Hablamos, me preguntas si estoy bien en Badajoz, si soy feliz, te digo que sí y respondes: "Pues entonces ya está, eso es lo que quiero" y seguimos hablando y me miras de reojo mientras veo la tele, hablamos otro rato, bromeo, me cuentas alguna historia, o dos, o tres. Te miro y pienso en tu pasado, y me enfado porque no es justo y te admiro y te quiero.

Te echo de menos cuando llego y no tengo un primer lugar a donde ir, te echo de menos cuando estoy a punto de decir "voy a ver a abuela", te echo de menos cuando paso por la ventana y no me acuerdo que no estás en tu sillón sentada, te echo de menos cuando pienso en tus manos que tanto me gustaron, te echo de menos cuando caigo en la cuenta que no tengo a quien ponerle música, te echo de menos y me siento orgulloso de echarte de menos.

Me parece imposible que no estés a mi lado.